21/11/12

quiero un abuelo como Dr. John

Tal día como hoy, el 21 de noviembre de 1940, nacía en Nueva Orleans Malcolm John “Mac” Rebennack, Jr., más conocido como Dr. John. Para celebrar los 72 años del embajador supremo de la música de la ciudad de Louisiana, recordamos la crítica de uno de sus muchos álbumes en directo, “Trippin' Live” (Eagle, 1997).

Cuarenta años de carrera. Guitarrista de sesión en los cincuenta para Little Richard, pianista para Phil Spector en los sesenta, y colaborador de Eric Clapton, Bob Dylan, Van Morrison y Rolling Stones en los setenta. Y pese a su impresionante currículo, Mac Rebennack, alias Dr. John, es prácticamente un desconocido en nuestro país.

Pero limitar su renombre a sus colaboraciones sería injusto. Su carrera como solista empezó en 1968 con el aclamado “Gris-Gris”, donde creó el personaje de The Night Tripper y mezcló rhythm’n’blues, psicodelia, swamp pop y vudú. Desde entonces se ha convertido en uno de los mejores embajadores de la cultura criolla de Nueva Orleans.

“Trippin' Live”, grabado en enero de 1996 en el legendario club Ronnie Scott de Londres, es el primer álbum en directo oficial de Dr. John, y en él encontramos lo mejor de sus conciertos. El veterano pianista, con su inconfundible voz cazallosa, nos transporta al corazón de Crescent City con la colorista “Tipitina” de Professor Longhair, un ejemplo del rhythm’n’blues "caribenizado" de la ciudad; nos lleva a los desfiles de Mardi Gras con “Didn't He Ramble” (pasando de la retahíla casi telúrica a la parada carnavalesca) y ese festival exuberante que supone la medley de “Down By The Riverside”, “My Indian Red”, “Mardi Gras Day” y “I Shall Not Be Moved”, con los metales a pleno rendimiento y percusiones tribales; nos sumerge en el funk pantanoso y junglista con “Wild Honey” y “Renegade”; nos recuerda viejos éxitos de su glorioso pasado como el nostálgico “Such A Time” (un tour de force para su maestría con el piano que le lleva a rozar el ragtime) o “Right Place Wrong Time”; y traduce a su rico lenguaje musical clásicos como el “Goodnight Irene” de Leadbelly, la balada jazzy “My Buddy” y el más desconocido “24 Hours A Day, 365 A Year”, donde se permite tocar la guitarra y ceder la banqueta a Jools Holland.

A diferencia de otros viejos maestros que se limitan a vivir de su nombre y a aparecer diez minutos para cumplir su contrato, Dr. John sigue en plena forma. Por eso no es nada extraño que haya grabado su último disco en Londres, junto a la plana mayor del nuevo pop británico. A ver si se les pega algo.